domingo, 20 de mayo de 2007

¿Libre Albedrío?

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Juan 1.12

Este pasaje se usa mucho a la hora de argumentar a favor del libre albedrío del hombre.

¿Por qué? El texto pareciera decir que serán salvos (hijos de Dios) aquellos que le reciban, como una acción propia de ellos.

La semana pasada hicimos la correcta interpretación de Apocalipsis 3.20, la idea de esta clase es que podamos hacer lo mismo, ahora, con este texto, usando técnicas o herramientas similares: ver el contexto y compararlo con otros versículos (analogía de la fe).

Análisis.

¿Por qué Juan escribió este evangelio?

De acuerdo a Jn. 1.11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Los judíos, el pueblo elegido por Dios, no le recibieron ni le reconocieron como hijo de Dios y el mismo Dios creador.

Juan trata con este asunto inmediatamente y escribe en los primeros versículos de su evangelio “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Éste era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Jn. 1.1-3).

¿Dónde está el énfasis del pasaje?

La interpretación arminiana pone la atención en la frase “los que le recibieron” pero la explicación, y lo más importante del pasaje está en la frase “a los que creen en su nombre”. El énfasis está en creer, como ya vimos Juan está diciendo que muchos de los judíos no creyeron en Jesús como Dios creador.

Juan nos habla de aquellos que sí creyeron en el versículo 13 “los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, los que creyeron lo hicieron no por su voluntad sino que por la voluntad de Dios mismo.

Ahora, ¿por qué la mayoría de los judíos no creyeron? Juan responde esta pregunta en el texto de Juan 12.37-40 (Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane).

Quienes creyeron ¿por qué creyeron? Y quienes no creyeron ¿por qué no creyeron?; en ambos casos podemos que ver que esa fue la voluntad de Dios.

Gracias a Dios porque Él nos dio la oportunidad de que pudiésemos conocerle.


Marcelo Sánchez – http://reformado-reformandome.blogspot.com/