domingo, 27 de mayo de 2007

Cómo beber jugo de naranja para la gloria de Dios

Por: John Piper

Cuando pregunté hace dos semanas, “La doctina de la depravación total es bíblica?”, mi respuesta fue: sí. Otra cosa que yo quise decir es que todas nuestras acciones (fuera de la gracia salvadora) están moralmente arruinadas. En otras palabras, todo lo que un incrédulo hace es pecaminoso y, de esa forma, inaceptable para Dios.

Yo dije que una de mis razones para creer en eso viene de 1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Yo pregunté: “Es pecado desobedecer ese mandamiento bíblico?” Sí.

Así, yo trazo esta conclusión: es pecado comer o beber o hacer cualquier cosa que NO sea para la gloria de Dios. En otras palabras, pecado no es sólo una lista de cosas nocivas (asesinato, robo, etc). Pecado es dejar a Dios de lado en nuestros asuntos ordinarios de su vida, Pecado es todo lo que usted hace que no es hecho para la gloria de Dios.

Pero, ¿qué hacen los incrédulos para la gloria de Dios? Nada. Por lo tanto, todo lo que ellos hacen es pecado. Con eso quiero decir que, sin la gracia salvadora, todo lo que hacemos es totalmente malo.

Algunos de ustedes, entonces, harán una pregunta práctica: Bien, ¿cómo se puede “comer y beber” para la gloria de Dios? Por ejemplo, el jugo de naranja o el café de la mañana?

Una respuesta se encuentra en 1 Timoteo 4.3-5: “prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; 5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.”

El jugo de naranja fue “creado para ser recibido con acción de gracias por aquellos que creen en la verdad”. Por lo tanto, los incrédulos no pueden usar el jugo de naranja para el propósito intencionado por Dios, a saber, como una ocasión para entregar a Dios sinceras acciones de gracias, a partir de un corazón que tiene verdadera fe.

Pero los creyentes si pueden, y es así que ellos glorifican a Dios. De hecho ellos beban jugo de naranja que es santificado “por la palabra de Dios y por la oración”. La palabra de Dios nos enseña que el jugo, y hasta nuestra motivación para beberlo, es un don gratuito de Dios (1 Corintios 4.7; 1 Pedro 4.11). La oración es nuestra humilde respuesta de gratitud de corazón. Creer en esa verdad de la Palabra, es ofrecer acciones de gracia en oración, es una forma de tomar el jugo de naranja para la gloria de Dios.

La otra forma es beberlo con amor. Por ejemplo, no buscar la mayor porción. Eso es enseñado en el contexto de 1 Corintios 10.33 “ como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.” “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 1.11) Todo lo que hacemos, incluso beber jugo de naranja, puede ser hecho con la intención y esperanza de que será para el provecho de muchos, para que ellos puedan ser salvos.

Glorifiquemos a Dios por habernos escapado, por medio de Su gracia, de la depravación de todos nuestros hechos. Y hagamos todo, que comamos o bebamos, para la gloria de nuestro gran Dios.