sábado, 9 de junio de 2007

Convocados

Este artículo es una parte de la Teología Sistemática de Vincent Cheung, puede ser descargada desde http://www.rmiweb.org/books.htm


Romanos 8.29-30 no dice que aquellos a quienes Dios escogió para salvación, Él también les ha dado un propósito, a saber, que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo. Y aquellos a quienes Él dio tal propósito, Él también envía un llamado para ellos en el debido tiempo, para que ellos puedan ir a Cristo. Así el pasaje dice: “Y a los que predestinó, a éstos también llamó” (v.30).

Recuerde que todos los que están incluidos en una fase de aplicación, también entran en la frase siguiente. Todos a quien Dios eligió, Él también predestinó, a todos los que Dios predestinó, Él también los llama a Cristo. Pero el versículo 30 continúa y dice: “y a los que llamó, a éstos también justificó”. Así, todos a quienes Dios llama alcanzarán justificación. Y visto que la justificación es por la fe en Cristo, todos a quienes Dios llama creerán en Cristo y serán justificados. Por lo tanto, el llamado de Dios para con el elegido es obligatoriamente eficaz, es por esto que los teólogos llaman a ese acto de Dios un LLAMAMIENTO EFICAZ.

Visto que el llamamiento eficaz es un llamamiento cuyo resultado está garantizado, él no es como una “invitación” que el elegido puede aceptar o rechazar. Antes, él es más parecido con lo que queremos decir con el verbo “convocar”. Al llamar a sus elegidos, Dios no solamente los invita a hacer algo, sino más bien Dios hace algo en ellos. Sinclair Ferguson escribió: “Aquel que los llama crea en ellos la capacidad para responder, de esa forma que en el propio acto de llamar Él les da una nueva vida”. Así, aquellos a quienes Dios escogió y predestinó en la eternidad, Él también convoca para venir a Cristo en el tiempo histórico.

Dios convoca al elegido usualmente a través de la predicación del evangelio. Ahora los cristianos no aprenden primeramente a identificar a los elegidos para seguir predicándoles sólo a ellos. Ellos predican el evangelio “a toda criatura” y “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16.15-16). Por lo tanto, tanto en la oración pública, conversación privada, literatura escrita, u otros medios, la predicación o presentación del evangelio es dirigida tanto a elegidos como a los no elegidos. El elegido llegará a la fe, el no elegido rechazará el evangelio o hará una profesión de fe temporal y falsa.

Por causa de eso, los teólogos distinguen entre el LLAMADO EXTERNO y el LLAMADO INTERNO. El llamado externo se refiere a la predicación del evangelio por los seres humanos, y es presentado tanto a los elegidos como a los no elegidos. Por otro lado, el llamamiento interno o eficaz es una obra de Dios que acompaña al llamamiento externo para hacer que el elegido llegue a la fe en Cristo. La predicación del evangelio se muestra a todos como un llamado externo, pero él viene también con una convocación interna para los elegidos. El llamamiento externo es producido por los seres humanos pero el llamamiento interno es una obra solamente de Dios y ocurre solamente en sus elegidos. El llamamiento interno es usualmente coincidente con el llamamiento externo. En otras palabras, muchas personas pueden oír el evangelio en una determinada situación, pero Dios hace que solamente los elegidos crean en lo que se les ha predicado y también Él endurece a los no elegidos contra lo mismo.

Mateo 22:14 dice: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”. Muchos son, de hecho, “llamados”, de hecho ellos oyeron el llamamiento externo del evangelio, pero solamente unos pocos están entre los elegidos de Dios, y, por lo tanto, las profesiones de fe genuinas y permanentes vienen del último grupo.

(Teología Sistemática, páginas 189-190)