jueves, 31 de mayo de 2007

No desperdicies tu cáncer.

Este artículo fue escrito por el pastor John Piper, el mismo del jugo de naranjas", la noche anterior a ser operado de un cáncer de próstata.

Muy weno... leánlo



16 de febrero de 2006

Estoy escribiendo estas palabras en la víspera de una cirugía de cáncer en mi próstata. Creo en el poder de Dios para sanar – por medio de un milagro y de la medicina. Se que es cierto y bueno orar por los dos tipos de cura. El cáncer no es desperdiciado al ser curado por Dios. Él recibe la gloria – esto porque el cáncer existe. Entonces no orar por la cura puede desperdiciar el cáncer. Pero la cura no es el plan de Dios para todos. También existen muchas otras formas de desperdiciar su cáncer. Estoy orando por mí y por usted, para que no desperdiciemos este dolor.

1. Usted desperdiciará su cáncer cuando no crea que esto fue planeado por Dios.

No diga que Dios sólo usa nuestro cáncer pero que no lo planea. Lo que Dios permite, Él lo hace por una razón. Esta razón es Su voluntad. Si Dios prevé desarrollos moleculares que llegan a ser cancerígenos, ¿Él puede detener esto o no? Si no, Él tiene un propósito. Por ser infinitamente sabio, es correcto llamar este propósito de plan. Satanás es real y causa muchos placeres y dolores. Pero él no es la causa última. Así, cuando él atacó a Job con úlceras (Job 2.7), Job lo atribuyó a Dios (2.10), y el escritor inspirado concuerda: “y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él” (Job 42.11). Si usted no cree que el cáncer fue planeado por Dios, usted lo desperdiciará.

2. Usted desperdiciará su cáncer cuando crea que él es una maldición, y no una bendición.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8.1). “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros” (Gálatas 3.13, LBA). “Porque contra Jacob no hay agüero, Ni adivinación contra Israel” (Números 23.23). “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmo 84.11)

3. Usted desperdiciará su cáncer cuando busque descanso en sus fuerzas en vez de buscarlo en Dios.

El plan de Dios en relación a su cáncer no es entrenarlo en el cálculo de oportunidades racionalistas y humanas. El mundo encuentra descanso en estadísticas. Los cristianos no. Algunos confían en sus autos (porcentaje de sobrevivencia) y otros confían en sus caballos (efectos colaterales del tratamiento), pero nosotros confiamos en el nombre del Señor, nuestro Dios (Salmo 20.7). El plan de Dios es claro en 2 Corintios 1.9: “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”. El objetivo de Dios con relación a su cáncer (entre varias oras buenas cosas) es derrotar la confianza en nuestro corazón para que podamos descansar completamente en Él.

4. Usted desperdiciará su cáncer cuando se rehúse a pensar en la muerte.

Todos nosotros moriremos en el caso que Jesús no retorne en nuestros días. No pensar en cómo sería dejar esta vida y encontrarse con Dios es absurdo. Eclesiastés 7.2 dice: “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón”. ¿Cómo podría aplicar esta verdad en su corazón si no piensa en ella? Salmos 90.12 dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría”. Contar los días significa pensar cuan pocos son ellos y que ellos terminarán. ¿Cómo conseguirá un corazón sabio si usted se rehúsa a pensar en esto? Que desperdicio es cuando no pensamos en la muerte.

5. Usted desperdiciará su cáncer cuando piense que “vencerlo” significa sobrevivir y no aproximarse a Cristo.

Los planes de Dios y los planes de Satanás para su cáncer no son los mismos. Satanás desea destruir su amor por Cristo. Dios planea profundizarlo. El cáncer no vencerá si usted muere lo que hará será aproximarlo a Cristo. El plan de Dios es privarlo del alimento del mundo y satisfacerlo con la suficiencia de Cristo. Esto tiene el objetivo de ayudarlo a decir: “estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. Y saber, por lo tanto, que “el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 3:8; 1:21).

6. Usted desperdiciará su cáncer cuando gaste mucho tiempo leyendo sobre el cáncer y no lo suficiente al respecto de Dios.

No es errado leer sobre el cáncer. Ignorancia no es virtud. Pero, el deseo de saber más y más, y la falta de celo por el conocimiento continuo de Dios es sintomático de incredulidad. El objetivo del cáncer es recordarnos de la realidad de Dios, poner sensaciones y fuerzas en el mandamiento “conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová” (Oseas 6.3), recordarnos de la verdad de Daniel 11.32: “mas el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará”, volvernos árboles indestructibles y firmes: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” (Salmos 1.2,3). Que desperdicio es leer todo el día sobre el cáncer y nada al respecto de Dios.

7. Usted desperdiciará su cáncer cuando se aísle en vez de profundizar sus relaciones manifestando afección.

Cuando Epafrodito trajo los presentes enviados por la Iglesia de Filipos a Pablo, él se enfermó y casi murió. Pablo dijo a los filipenses: “porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado” (Filipenses 2.26). ¡Que reacción maravillosa! No dice que estaban angustiados porque Epafrodito estaba enfermo, sino que él estaba angustiado porque los filipenses oyeron que él estaba enfermo. Este es el tipo de corazón que Dios pretende crear con el cáncer: el corazón profundamente afectivo y preocupado de las personas. No desperdicie su cáncer volviéndose a usted mismo.

8. Usted desperdiciará su cáncer cuando se entristezca como quien no tiene esperanza.
Pablo usa esta expresión para designar a personas cuyos seres queridos habían muerto: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.” (1 Tesalonicenses 4.13). Hay tristeza en la muerte. Cuando es un creyente el que muere, hay una pérdida temporal – la pérdida del cuerpo, de seres queridos y del ministerio terrenal. Sin embargo la tristeza es diferente – es perneada por la esperanza: “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5.8). No desperdicie su cáncer poniéndose triste como quien no tiene esperanza.

9. Usted desperdiciará su cáncer cuando trate con el pecado igual que antes.

¿Sus pecados “favoritos” siguen tan atractivos como antes de tener cáncer? Si la respuesta fue afirmativa, entonces usted está desperdiciando su cáncer. El cáncer fue planeado para destruir el apetito por el pecado.
Orgullo, avaricia, lujuria, odio, falta de perdón, impaciencia, prejuicio – todos estos son adversarios que el cáncer debe atacar. No piense en sólo luchar contra el cáncer. Piense también en usarlo. Todas estas cosas son peores que el cáncer. No desperdicie el poder del cáncer para debilitar estos adversarios. Deje que la presencia de la eternidad vuelva sus pecados temporales tan débiles como ellos realmente son. “Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9.25).

10. Usted desperdiciará su cáncer cuando falle en utilizarlo como medio de testimoniar la verdad y la gloria de Cristo.

Los cristianos nunca se encuentran en determinado lugar por accidente. Existen razones por las cuales somos llevados donde estamos. Considere lo que Jesús dijo sobre circunstancias inesperadas y dolorosas: “antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio” (Lucas 21.12-13). Lo mismo ocurre con el cáncer. Esa será una oportunidad para testimoniar. Cristo es infinitamente digno. Aquí hay una oportunidad de oro para mostrar que cristo vale más que la vida. No la desperdicie.

Recuerde que usted no fue dejado sólo; tendrá la ayuda necesaria: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Pastor John

miércoles, 30 de mayo de 2007

¿Paidobautismo?

Artículo sobre el paidobautismo escrito por Richart Pratt, no me acuerdo de donde lo saqué... creo que de www.ThirdMill.org


Hablaremos de algunos aspectos relacionados con la pregunta de quién debe ser bautizado. Mi propósito es que comiencen a considerar que el bautismo de infantes quizá no es una práctica tan contraria a la enseñanza de la Biblia después de todo, como a veces se le considera.


Hay enseñanzas de la Biblia de las que podemos tener certeza con facilidad. Por ejemplo, la resurrección de Cristo, la muerte de Jesús por los pecados, etc. Pero hay otros asuntos en la Biblia de los que no llegamos con rapidez a una conclusión. Por ejemplo, ¿qué tipo de gobierno eclesiástico debemos tener? En este tipo de asuntos, a veces decimos algo como: “Entiendo que hay varios puntos de vista sobre este asunto que se derivan de la Biblia, pero me parece que este es el correcto”. En tales asuntos, tienes que ser humilde con tus conclusiones, tienes que ser abierto y ser paciente con los demás.


Quiero decirles que el bautismo de infantes no es uno estos asuntos de absoluta claridad u obviedad. No es un asunto para el cual puedas sólo leer un versículo y haberlo resuelto enseguida. Más bien, el bautismo de infantes es más un asunto que hay que estudiar, pensar y aun así, no se convence uno a la primera.


Cuando crecía en casa de mis padres, siempre hablábamos de poner una barda alrededor del patio trasero. Pero mi padre decía: “No, es muy caro….voy a esperar”. El decía: “Vamos a esperar a que el Sr. Springfield, nuestro vecino, haga la barda de su lado, y el Sr. Berkhoff haga la suya y luego yo sólo tendré que construir un pedazo al fondo y listo”. Por supuesto, le llevó 25 años el proceso pero por fin se terminó la barda.


En mi experiencia he encontrado que hay varias maneras de intentar explicar porqué bautizamos a los niños. Y pienso que una estrategia similar a la de mi padre con su barda es apropiada para entrar en la discusión. En vez de atacar el asunto directamente y tratar de “construir la barda” alrededor de todo esta enseñanza, vamos a construir la barda abordando primero otras doctrinas bíblicas importantes. Pienso que estas doctrinas son esenciales porque son precisamente estos asuntos los que alejan a las personas del entendimiento de porqué ponemos agua sobre la cabeza de nuestros niños.


Estos asuntos son: 1. La pregunta de la unidad de la Biblia; 2. La relación entre enseñanzas implícitas y explícitas en la Biblia; y 3. El origen y el propósito del bautismo. Si vas encontrando estas enseñanzas como bíblicas, será luego más fácil entender porqué los reformados bautizamos a los niños.

La Pregunta sobre la Unidad de la Biblia
¿Sabían ustedes que hay cristianos que piensan que la Biblia está desunida? Yo crecí en una Escuela Dominical en la que se me enseñaban este tipo de cosas: “El Dios del Antiguo Testamento es un Dios de enojo e ira, en cambio el Dios del Nuevo Testamento es un Dios de Misericordia, bondad y amor”. Lo que este tipo de enseñanza apoya es una idea básica sobre la Biblia. La idea de que la Biblia está desunida. En vez de tener un solo tema o programa básicos, la Biblia puede ser dividida en segmentos. En esos segmentos se pueden ver programas radicalmente distintos de época en época. La idea es como si Dios plantó un árbol, pero no funcionó; entonces lo cortó y plantó un nuevo árbol y así sucesivamente. Si este es tu punto de vista sobre la Biblia, nunca creerás en el bautismo de infantes.


Para creer en el bautismo de infantes es necesario creer que la Biblia está unificada. Por supuesto, es claro que hay diferencias entre los diversos períodos de la historia bíblica, pero al mismo tiempo enseñamos que hay una unidad básica a través de la historia de la redención. El tema unificador de todos estos períodos es lo que llamamos el pacto. Hablamos de dos pactos: el pacto de obras (antes de la caída de la humanidad en pecado) y el pacto de gracia (a partir de la caída y abarca toda la Biblia). Por esto la idea de que la Biblia está fragmentada la consideramos equivocada. No creemos que Dios plantó un árbol y luego lo destruyó y plantó otro, y así sucesivamente; sino creemos que Dios plantó una semilla, que nació, creció, y llegó a ser un árbol grande. Ese árbol es el pacto de gracia que abarca todas las épocas de la historia bíblica.


Cuando comparas los tiempos de Moisés con los de Cristo, puedes notar las diferencias, pero al mismo tiempo sabemos que Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mat 5:17). En Romanos 3, el Apóstol dice que precisamente la ley de Moisés y los profetas testifican sobre la justificación por la fe (Romanos 3:21). La Biblia no está desunida, sino existe un mismo tema que abarca toda la historia bíblica; por supuesto en diferentes épocas se mostró en vías de desarrollo, pero es el mismo tema unificador.


¿Existe algo que vaya a través de toda la Biblia y le de su trasfondo al bautismo de infantes? Así es. Cuando Dios salva a las personas, no sólo el adulto entra a una relación especial con Dios sino también sus descendientes están incluidos. Pensemos en Noé, por ejemplo, su relación con Dios incluyó también a sus hijos al grado de que fueron preservados en el arca. Consideremos ahora a Abraham. En Génesis 15 y 17 Dios hace su pacto con Abraham y esto incluyó también a sus descendientes. En los tiempos de Moisés, Deuteronomio 29:29 nos dice: “las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, mas las reveladas pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre”. Esto suena extraño para nuestros oídos que estamos acostumbrados a pensar sólo en el adulto creyente, pero vemos la pauta de Dios de incluir en el pacto a los descendientes del adulto creyente. De igual manera en los tiempos de David, como dice 2 Samuel 7, el pacto incluyó a David y a sus descendientes.


Después de tener todo el Antiguo Testamento por siglos siguiendo esta pauta de incluir a los descendientes en el pacto, esperaríamos que el Nuevo Testamento dijera enfáticamente, ya no es así; que dijera ya los descendientes no están incluidos en el pacto, ahora sólo es para los adultos creyentes. Pero vemos que el Nuevo Testamento no sólo no detiene esta pauta, sino que de hecho, nos dice que efectivamente la pauta continúa. En Hechos 2:37-39, Pedro, en este contexto, afirma que la promesa también es para los hijos de los creyentes. Otro versículo que nos recalca esto es 1 Corintios 7:14. En este versículo, los hijos del creyente son llamados “santos”. Esto no quiere decir que son salvos automáticamente, pero al igual que los hijos de Noé, Abraham, Moisés, David fuero apartados de una manera especial para Dios, así mismo los hijos de creyentes están en un lugar especial para con Dios.


¿Por qué no hay muchos versículos sobre esto en el Nuevo Testamento? Por la misma razón de que no hay muchos versículos sobre la oración, la justicia social, adoración y muchas otras cosas., porque están en el Antiguo Testamento. Por todo esto, uno de los temas que van de pasta a pasta de la Biblia es que el pacto de gracia te incluye a ti y a tus hijos.

La relación entre enseñanzas implícitas y explícitas en la Biblia
¿Qué es una enseñanza explícita de la Biblia? Aquellas que son claras y directas. Por ejemplo: “haz esto o aquello y vivirás”. Ahora bien, ¿Qué es una enseñanza implícita de la Biblia? Son aquellas que están por debajo de la superficie. Algunos de nosotros pensamos que si algo se dice explícitamente en el Nuevo Testamento, entonces eso es lo más importante y si algo está implícito, entonces no es importante. Pensamos que lo explícito es lo más importe; aquello para lo cual podemos leer un versículo palabra por palabra y la enseñanza está en la superficie. Si podemos citar un versículo explícito, entonces sentimos que hemos probado nuestro caso.
Si crees que las enseñanzas explícitas de la Biblia son más fundamentales o más importantes que las implícitas, nunca creerás en el bautismo de infantes. La realidad es que nadie puede mostrar un versículo del Nuevo Testamento que ordene explícitamente que bauticemos a nuestros hijos. Por supuesto, hay varios versículos en los que esto se podría estar implicando, como el episodio de Hechos 16 con el carcelero de Filipos. Pablo le dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”. Hay varios relatos de bautismos de casas enteras en Hechos. Por supuesto, ninguno de esos pasajes dice explícitamente que había niños.


Sin embargo, quiero decirles que las doctrinas más fundamentales de la fe cristiana en el Nuevo Testamento no son explícitas, sino implícitas. Por ejemplo, la doctrina de la Trinidad. No hay un solo versículo en la Escritura que enseñe explícitamente la doctrina de la trinidad. ¿Cómo sostenemos la doctrina? Tomamos un poco de este versículo y otro poco del otro y así implícitamente llegamos a la enseñanza bíblica. Otro ejemplo, es la doble naturaleza de Cristo. Es decir, que Cristo es totalmente Dios y totalmente hombre al mismo tiempo. No encontramos ningún versículo en la Biblia que nos diga explícitamente: “Cristo es humano y divino”. Pero hemos llegado a esta conclusión tomando la enseñanza implícita de muchos pasajes de la Escritura. Un ejemplo más sería el título que más se aplica a Jesús en el Nuevo Testamento: Cristo. El Nuevo Testamento nunca define el significado de este título. ¿Cómo sabemos qué significa? por todas la enseñanza implícita del Antiguo Testamento.


Si quieres considerar realmente la enseñanza del bautismo de infantes, tienes que reconocer que hay enseñanzas importantes en la Biblia que son implícitas. En el Antiguo Testamento había una señal del pacto, la circuncisión. Y ahora decimos que la nueva señal del pacto es el bautismo. Y a la luz de todos estos versículos que enseñan que el pacto incluye también a los descendientes, entonces, concluimos que nuestros hijos también deben recibir la señal del pacto de manera similar a como se aplicó a los hijos de Abraham, Isaac, Jacob, etc. No hay un solo versículo que por sí solo demuestre esta enseñanza, sino hay que considerar toda la enseñanza implícita de la Biblia entera.

El origen y propósito del Bautismo
¿De dónde vino esta idea de bautizar a la gente? Durante el tiempo del período entre el Antiguo y Nuevo Testamento, los judíos hicieron mucho trabajo misionero. Cuando la gente se convertía los hacían pasar por un lavamiento ritual llamado bautismo de prosélitos. Inclusive hoy en día en las sinagogas hay lugares donde hacen este ritual. Luego, los varones eran circuncidados después de ser bautizados. Juan el Bautista era uno de estos judíos que le decía a la gente que debía ser bautizada, que debía pasar por este ritual de lavamiento. Pero lo curioso era que Juan no le estaba hablando a gentiles, sino a judíos. Con esto les estaba diciendo que si querían entrar al reino de Dios tenían que bautizarse como los gentiles. No es de extrañarse que los judíos se hayan ofendido. Por eso decían que eran los hijos de Abraham, pero Juan les recordaba que Dios podía levantar hijos de Abraham inclusive de las piedras. La circuncisión había comenzado a desaparecer como señal del pacto. Había sido tan mal usada que iba a ser reemplazada por una nueva señal, es decir, el bautismo.


En el Antiguo Testamento la señal de pacto era la circuncisión y duró hasta los días de Cristo, pero le fue añadida una nueva señal. Luego, la Iglesia hizo algo interesante en el capítulo 15 de Hechos, ya no se iba a requerir la circuncisión como señal del pacto para los nuevos conversos gentiles. La circuncisión ya no era importante, ahora la señal era sólo el bautismo.
Colosenses 2:11 dice: “Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo. Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos”. Pablo dice que los creyentes fueron circuncidados espiritualmente cuando fueron bautizados. Entonces, el bautismo funciona como la circuncisión para el creyente. Antes de ser bautizados, los creyentes eran como los incircuncisos en el Antiguo Testamento. Ahora bien, los reformados notamos que en el Antiguo Testamento eran circuncidados los creyentes y sus hijos; y siguiendo la misma pauta del pacto decimos que ahora los creyentes y sus hijos deben también recibir la señal del pacto, esto es, deben ser bautizados.

Si tratas de entrar al asunto del bautismo de infantes sin antes considerar estos tres aspectos doctrinales que hemos visto, acabarás estrellándote contra la pared. Pero si consideras con seriedad primero estos tres aspectos (la unidad de la Biblia, las enseñanzas implícitas y explícitas de la Biblia y el origen y propósito del bautismo) comenzarás a ver cómo la enseñanza del bautismo infantil empieza a emerger de las Escrituras.

martes, 29 de mayo de 2007

La Libre Gracia contra el Libre Albedrío.

Aquí va la introducción al libro de W.E. Best...

“El labio veraz permanecerá para siempre...” lee Proverbios 12:19. Claro que, la verdad es la verdad, pero la verdad puede llegar a ser adulterada. De esto nos debemos cuidar. El hombre de Dios nunca debe torcer las Escrituras o adulterarlas (II Ped. 3:16; II Cor. 4:2). El siempre debe recordar que la verdad está basada en el sentido de la Escritura más bien que de su sonido. La Escritura debe ser comparada con la Escritura para descubrir la verdad de cualquier tema Bíblico.

Esto especialmente se aplica en la discusión continua de la libre gracia en contra del libre albedrío. Juan 6:37, que dice, “y al que a mí viene, no le echo fuera,” suena a muchos como si cualquiera pudiera venir a Cristo. Sin embargo, el sentido del versículo es completamente diferente. La primera parte del versículo declara, “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí....” Así que, sólo aquellos dados al Hijo por el Padre vienen a El.

Las posiciones opositoras de la libre gracia en contra del libre albedrío, el Calvinismo y el Arminianismo, tienen sus raíces en el pensamiento de Agustín y Pelagio, respectivamente. Agustín (354-430) reveló su posición en este punto en sus CONFESIONES. El creyó que cuando Adán cayó, toda su posteridad cayó con él. “Todos los hombres son depravados,” dijo Agustín. El creyó que los hombres no tenían voluntades libres, pero están esclavizados en el pecado. Pelagio (360-420), por otra parte, negó la depravación total del hombre. El acentuó que el hombre tiene un libre albedrío y puede ser salvo cuando él lo desee.

Como Agustín, Juan Calvino creyó en la libre gracia; y como Pelagio, Jacobo Arminio creyó en el libre albedrío del hombre. No había compatibilidad entre las ideas de Agustín y las de Pelagio, y no había ninguna entre los puntos de vista de Calvino y aquellos de Arminio. Además, no hay en el día de hoy armonía intelectual entre aquellos quienes creen en la libre gracia y aquellos quienes creen en el libre albedrío. La anterior sostiene que el Dios soberano está sobre el trono y el hombre está a Sus pies; la posterior da crédito al hombre con autoridad para elegir a Dios o rechazarle.

Los defensores de la libre gracia aceptan la doctrina Bíblica de la predestinación. Ellos también aceptan estas verdades Bíblicas:(1) El hombre es una criatura caída y no tiene un libre albedrío para hacer lo que es espiritualmente bueno. (2) La justificación es mediante la fe, que es don de Dios. (3) Los dones y llamamiento de Dios son dados sin el arrepentimiento de parte de Dios como así también del creyente.
Los defensores del libre albedrío niegan la doctrina Bíblica de la predestinación y afirman las siguientes: (1) La raza humana posee un libre albedrío para hacer lo que es bueno. (2) La justificación viene por una fe que merece la salvación. (3) Puesto que la fe del hombre viene de sí mismo, él no tiene la seguridad de que un día no la perderá. (Los arminianos están divididos en dos grupos sobre este asunto. Algunos creen que una persona puede ser salva el día de hoy y mañana estar perdida. Los otros creen que una vez que una persona es salva ya es siempre salva.)

Ahora que las posiciones básicas han sido esbozadas, consideremos lo que dicen las Escrituras en lo concerniente a la libre gracia en contra del libre albedrío.


Muy bueno... en especial el capítulo cinco

El libro completo puede ser descargado desde http://www.filefactory.com/file/8e909c/

domingo, 27 de mayo de 2007

La Perfección de Dios es más alta que los cielos ¿qué harás?


Mi predicación para hoy está basada en el gran libro de Job, en el capítulo 11 versículos 7 al 20.

En el libro de Job encontramos al personaje pasando por momentos de aflicción y los consejos que le dan sus amigos, que no están del todo bien... en aquel pasaje encontramos lo que debemos hacer al reconocer la grandeza de nuestro Dios y cuales serán los resultados de ello.

Pueden descargar el sermón haciendo click aquí

Cómo beber jugo de naranja para la gloria de Dios

Por: John Piper

Cuando pregunté hace dos semanas, “La doctina de la depravación total es bíblica?”, mi respuesta fue: sí. Otra cosa que yo quise decir es que todas nuestras acciones (fuera de la gracia salvadora) están moralmente arruinadas. En otras palabras, todo lo que un incrédulo hace es pecaminoso y, de esa forma, inaceptable para Dios.

Yo dije que una de mis razones para creer en eso viene de 1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Yo pregunté: “Es pecado desobedecer ese mandamiento bíblico?” Sí.

Así, yo trazo esta conclusión: es pecado comer o beber o hacer cualquier cosa que NO sea para la gloria de Dios. En otras palabras, pecado no es sólo una lista de cosas nocivas (asesinato, robo, etc). Pecado es dejar a Dios de lado en nuestros asuntos ordinarios de su vida, Pecado es todo lo que usted hace que no es hecho para la gloria de Dios.

Pero, ¿qué hacen los incrédulos para la gloria de Dios? Nada. Por lo tanto, todo lo que ellos hacen es pecado. Con eso quiero decir que, sin la gracia salvadora, todo lo que hacemos es totalmente malo.

Algunos de ustedes, entonces, harán una pregunta práctica: Bien, ¿cómo se puede “comer y beber” para la gloria de Dios? Por ejemplo, el jugo de naranja o el café de la mañana?

Una respuesta se encuentra en 1 Timoteo 4.3-5: “prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; 5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.”

El jugo de naranja fue “creado para ser recibido con acción de gracias por aquellos que creen en la verdad”. Por lo tanto, los incrédulos no pueden usar el jugo de naranja para el propósito intencionado por Dios, a saber, como una ocasión para entregar a Dios sinceras acciones de gracias, a partir de un corazón que tiene verdadera fe.

Pero los creyentes si pueden, y es así que ellos glorifican a Dios. De hecho ellos beban jugo de naranja que es santificado “por la palabra de Dios y por la oración”. La palabra de Dios nos enseña que el jugo, y hasta nuestra motivación para beberlo, es un don gratuito de Dios (1 Corintios 4.7; 1 Pedro 4.11). La oración es nuestra humilde respuesta de gratitud de corazón. Creer en esa verdad de la Palabra, es ofrecer acciones de gracia en oración, es una forma de tomar el jugo de naranja para la gloria de Dios.

La otra forma es beberlo con amor. Por ejemplo, no buscar la mayor porción. Eso es enseñado en el contexto de 1 Corintios 10.33 “ como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.” “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 1.11) Todo lo que hacemos, incluso beber jugo de naranja, puede ser hecho con la intención y esperanza de que será para el provecho de muchos, para que ellos puedan ser salvos.

Glorifiquemos a Dios por habernos escapado, por medio de Su gracia, de la depravación de todos nuestros hechos. Y hagamos todo, que comamos o bebamos, para la gloria de nuestro gran Dios.

domingo, 20 de mayo de 2007

¿Libre Albedrío?

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Juan 1.12

Este pasaje se usa mucho a la hora de argumentar a favor del libre albedrío del hombre.

¿Por qué? El texto pareciera decir que serán salvos (hijos de Dios) aquellos que le reciban, como una acción propia de ellos.

La semana pasada hicimos la correcta interpretación de Apocalipsis 3.20, la idea de esta clase es que podamos hacer lo mismo, ahora, con este texto, usando técnicas o herramientas similares: ver el contexto y compararlo con otros versículos (analogía de la fe).

Análisis.

¿Por qué Juan escribió este evangelio?

De acuerdo a Jn. 1.11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Los judíos, el pueblo elegido por Dios, no le recibieron ni le reconocieron como hijo de Dios y el mismo Dios creador.

Juan trata con este asunto inmediatamente y escribe en los primeros versículos de su evangelio “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Éste era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Jn. 1.1-3).

¿Dónde está el énfasis del pasaje?

La interpretación arminiana pone la atención en la frase “los que le recibieron” pero la explicación, y lo más importante del pasaje está en la frase “a los que creen en su nombre”. El énfasis está en creer, como ya vimos Juan está diciendo que muchos de los judíos no creyeron en Jesús como Dios creador.

Juan nos habla de aquellos que sí creyeron en el versículo 13 “los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, los que creyeron lo hicieron no por su voluntad sino que por la voluntad de Dios mismo.

Ahora, ¿por qué la mayoría de los judíos no creyeron? Juan responde esta pregunta en el texto de Juan 12.37-40 (Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane).

Quienes creyeron ¿por qué creyeron? Y quienes no creyeron ¿por qué no creyeron?; en ambos casos podemos que ver que esa fue la voluntad de Dios.

Gracias a Dios porque Él nos dio la oportunidad de que pudiésemos conocerle.


Marcelo Sánchez – http://reformado-reformandome.blogspot.com/


miércoles, 9 de mayo de 2007

Soberanía y Sufrimiento.

por Roger Smalling (uno de los primeros autores reformados que leí)


Miré entre la multitud esperando bajo la carpa. El gentío usual: una mezcla interesante de caras ecuatorianas, desde niños hasta ancianos. Unos pocos adolescentes se escondían tímidamente en las sombras, temerosos de ser vistos por sus amigos. Muchos habían escuchado el rumor de que los "gringos" estaban exhibiendo películas bajo la carpa. En este pueblo no había ninguna sala de cine y pocos tenían televisores, lo que hacía nuestra campaña evangelística el mejor espectáculo del momento.

Esta típica multitud sudamericana tenía una cosa en común. Ninguno había escuchado una exposición clara del Evangelio. Lo que yo iba a predicar en los próximos minutos tenía que ser simple y claro. Comencé diciendo: "iDIOS ES UN DIOS BUENO!"

Cuando declaré esto, me di cuenta de que aquellos que serían salvos esa noche, enfrentarían pruebas en los meses venideros. Sería necesario ayudarlos a entender quien es Dios y lo que significa "bueno". Supe también que este proceso de aprendizaje no es fácil.

Cuando la gente comienza a madurar en Cristo, pronto se da cuenta que la definición de la palabra “bueno” no es tan obvia como pensaba previamente. Eventualmente, el convertido sufre un revés, una enfermedad en la familia o un problema financiero. El aprende de la Biblia que Dios es Todopoderoso. ¿Por qué entonces Dios no resuelve este problema? Sus amigos le dicen que el diablo lo causó. ¿Significa esto que Dios no tiene control sobre el diablo?

Muy pronto la brigada local de la fe informa al convertido que el problema es debido a su falta de fe. Le dicen que es su culpa. El nuevo convertido se pregunta ¿Depende todo de mi? Pero él no se siente capaz para asumir el problema.

En breve, el convertido se encuentra ante el viejo dilema: la Soberanía de Dios y el sufrimiento de los justos.

¿Es posible responsabilizar a Dios mientras continuamos amándole y confiando en El?

El único problema con el lema "Dios es un Dios bueno", reside en un posible malentendido de la palabra "bueno". A veces pensamos que la palabra bueno es equivalente a lo que nos agrada. Dios tiene otra cosa en mente. ¿Es lo que nos agrada realmente el bien mayor? o ¿Es que Dios tiene en mente algo más importante que lo que nos agrada?

"BUENO"......¿QUIEN LO DEFINE?

Algunas personas suponen que la prioridad más alta de Dios es el bienestar del hombre. Por lo tanto ellos definen "bienestar" en términos de beneficios: Salud, Riqueza, Paz y Seguridad. Estamos totalmente engañados si imaginamos que hay alguna verdad en estas asumpciones.

Hay al menos 2 cosas más importantes para Dios. Veamos una de ellas en Romanos 8:28-29 [cite versiculos].

Notemos en este texto que el propósito final de Dios es que seamos conformes a la imagen de Cristo. La prioridad más alta de Dios es la santificación. Llegar a ser como Cristo es nuestro bien mayor, no nuestra comodidad. Esta prioridad es tan alta que Dios aún nos puede hacer temporalmente infelices para que al final tengamos una felicidad suprema.

Recientemente, leí un comentario que me chocó grandemente: "La meta final de la santificación es nada". Después de recuperarme del impacto, yo tuve que aceptar esta aseveración. La santificación es la meta, y Dios nos ama mucho como para renunciar a su compromiso de santificarnos. La santidad no tiene propósito más allá de ella misma. Nuestra felicidad es un resultado de nuestra santificación.

Se sigue entonces, que Dios define el término "bueno" como todo aquello que produce santidad en nosotros. Todos los demás principios de la Escritura están subordinados a esto.

Considerando esto, se vuelve menos sorprendente que los cristianos experimenten pruebas y sufrimientos. Dudoso sería que los creyentes no sufrieran más de lo que sufren.

Otra consideración y acaso la de mayor importancia es la gloria de Dios.

Considere lo siguiente: Dios creó al hombre conociendo perfectamente que este caería. ¿Por qué?

Romanos 9:21 sugiere la respuesta. "¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?"(NIV). La más alta prioridad de Dios es revelar Su naturaleza. El bienestar del hombre es secundario. La historia completa de la redención, la salvación y la condenación, es el escenario en el cual Dios despliega Sus atributos.

C.S. Lewis trajo a la luz el pensamiento extraordinario de que Shakespeare estuvo equivocado cuando dijo: "El mundo es un escenario y nosotros somos los actores". A medida que miramos más de cerca el escenario descubrimos que Dios es el protagonista principal y no nosotros. El es el único sobre el escenario, y nosotros somos meramente el telón.

La gracia no podría existir sin un pecador. Una hermosa flor no podría crecer sin el abono más elemental que es tan repulsivo. Pero, ¿Existe la gracia para la mayoría? iDifícilmente! Si usted hace el mismo favor a todos, entonces esta actitud llega a ser una política general en lugar de un favor. Una vecina nos trae pan fresco hecho en casa, como un signo de amistad especial. Si ella hace esto a todo el mundo, ya no sería un favor especial. La ira de Dios tampoco podría existir sin un pecador. Para demostrar justicia tiene que haber alguien a quien juzgar.

Para creer que Dios nos santificará conforme a su propósito debemos reconocer que Dios es soberano y que no puede fracasar.

Las opciones son claras: El es Soberano o El no lo es.

Hubo una época, no tan lejana, en la historia de la iglesia, en la cual si una persona cuestionaba la Soberanía de Dios era considerada herética. Aún hasta hoy, hay personas que afirman que las manos de Dios están atadas, al menos que alguien ore. Tales declaraciones son una blasfemia porque la Biblia dice:

Daniel 4:35 ".....El hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?".
Salmos 115:3 "Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho".
Salmos 135:6 "Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos".
Filipenses 3:21 "....por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas".
Hebreos 1:3 "....quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder....".
Isaías 46:10 "...Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero".

Pero, ¿Qué sobre el "libre albedrío" del hombre? ¿Está también Dios en control de eso? Siempre escucho que Dios no puede traspasar la voluntad humana. Preguntas como estas surgen naturalmente en este punto. Debemos tratarlas con franqueza porque esto es el meollo del asunto con respecto al sufrimiento de los buenos. ¿No les parece interesante que la gente atribuya rápidamente al hombre lo que ellos le niegan a Dios? ¿Tiene Dios una voluntad libre? Si es así, ¿Cuál libertad domina......la de El o la nuestra? Si decimos "la Suya", ¿Podemos estar seguros que la nuestra es totalmente libre?

Revisemos algunos ejemplos bíblicos:

NABUCODONOSOR

Este rey pagano de Babilonia cometió tres graves errores.

Primero: Se hizo un dios de oro (Daniel 3). i Qué actitud tan típicamente humana!
El hombre quiere un Dios a quien él pueda manipular, y vivir libre de reprensiones por sus pecados.
Hoy la gente es más creativa. En lugar de usar oro, simplemente usa su imaginación e inventa sus propios dioses.

Segundo: Usó cada medio a su disposición para conseguir que otros adoren a su dios falso. (Es una cosa buena que Nabucodonosor no tuvo radio y televisión. El pudo haber tenido éxito.)

Tercero: Atribuyó las obras del Todopoderoso a su dios. (Daniel 4:30)
El Dios verdadero lo llamó loco.

¿Qué hizo Dios al respecto? Dios tocó el interior de Nabucodonosor y le quitó la razón, el libre albedrío y todo. Lo dejó como una bestia por siete años.
¿Necesitó Dios el permiso de Nabucodonosor para hacer eso? ¿Necesitó las oraciones de alguien para llevarlo a cabo?
Después de siete años, cuando Dios tuvo a bien, devolvió a Nabucodonosor su mente.
¿Qué aprendió Nabucodonosor de esta experiencia cuando él recuperó su razón? ".......y El hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, Y NO HAY QUIEN DETENGA SU MANO...."

EL ANTICRISTO Y LAS DIEZ NACIONES

¿Quién va a estar en control de la mente del Anticristo....el falso profeta, la Gran Bestia y las Diez Naciones durante los tiempos finales? ¿El Diablo?

"Porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios".
Apocalipsis 17:17

LOS ENEMIGOS DE JESUS
Hechos 2:23 "a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios....." (NIV)

¿CREYERON LOS APOSTOLES EN LA SOBERANIA DE DIOS SOBRE LAS ACCIONES Y LA VOLUNTAD DEL HOMBRE?

Hechos 4:24,27,28 "......y dijeron: Soberano Señor, tu eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay......verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera". (NIV)

¿CONTROLO DIOS A LOS EGIPCIOS?
Exodo 14:17 "Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército...."

Al examinar estos ejemplos bíblicos vemos que Dios puede controlar todo incluso la voluntad humana.

Miles de cristianos hoy en día, no saben que Dios es soberano. Alaban una parodia del Dios verdadero que tiene las manos atadas. Tal concepto de Dios proviene de la cultura moderna humanista en lugar de los conceptos bíblicos. Se puede llamar a este el "dios falso" de la cristiandad moderna.

¿COMO ES ESTE "DIOS FALSO"?
Su ambición más alta es exaltar el maravilloso auto-potencial del hombre.
El espera humilde y pacientemente que el hombre con su libre albedrío le de permiso para hacer algo.
El depende de la fe auto generada por el hombre
El es incapaz de detener a sus rebeldes criaturas quienes frustran Sus planes tomándolo por sorpresa.
Sus manos están atadas al menos que alguien ore.
El está sujeto a un conjunto de leyes espirituales superiores a El mismo.
El recompensa a los hombres con dinero, en proporción directa a la fe que ellos tienen
El no está realmente en control de este mundo.
El no es Soberano.
Sin embargo, por mucho que tal dios agrade a la naturaleza humana, tiene un defecto fatal: iEl no existe!

¿COMO ES EL VERDADERO DIOS?

El Dios de la Biblia es Soberano. El está en absoluto control de todas las cosas.
"El hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra...."ya sea que la razón humana esté de acuerdo o no.
Alguien dice: "iEsto me convierte en un títere!" Yo contesto: iCualquier otra cosa hace de Dios un títere!
Otros añaden: "iPero esto no me parece justo!" Yo les recuerdo la advertencia de Pablo: "Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿Quién ha resistido a su voluntad? Más antes, oh hombre, ¿Quién eres tu, para que alterques con Dios?" Romanos 9:19-20 (NIV)

De esto concluimos que Dios no está bajo ninguna obligación de prestar atención a las protestas de nuestro "libre albedrio" con respecto al proceso de santificación.
Ahora que sabemos la doctrina de la Soberanía de Dios, ¿Dónde esto nos deja? Estamos tratando de explicar como contestar el dilema del sufrimiento de los buenos sin culpar a Dios. Hemos probado que Dios hace como le place, y nada ni nadie lo limita. ¿No es esto empeorar al dilema?

Parece que si. Al finalizar el análisis veremos que no.

Hay cristianos bien intencionados que tienden a negar la Soberanía de Dios para resolver el dilema de un Dios bueno y un mundo malo. Sin embargo, estos cristianos no consideran la posibilidad de que Dios no quiere librarse del dilema. Quizás, El tiene un propósito con tal dilema y no quiere que nadie se lo quite.

Muchos cristianos consideran esta solución completamente aceptable. Ellos sugieren que Dios nos ha delegado parte de Su autoridad y que las respuestas a todos nuestros problemas descansa en nosotros mismos. Sus manos están efectivamente atadas en cierta manera, al menos que actuemos en su favor. Así parece que el dilema está resuelto y podemos abandonar la discusión y olvidarnos del problema.

Pero hay un elemento suelto que nos obliga a revisar esta explicación.
Si Dios ha entregado una parte de Su Soberanía al hombre, entonces Dios no merece toda la gloria. Debemos determinar exactamente que porcentaje de Su gloria El ha cedido al hombre. Solo así sabremos a que grado podemos adorarle. Después de todo, no queremos darle toda la gloria si nosotros estamos parcialmente en control. Eso no sería justo, ¿verdad? Si El ha dado 25% de Su soberanía al hombre, entonces debemos adorar a Dios un 75% y al hombre un 25%. O podemos alterar IICorintios 1:24 diciendo "Porque por el 75% de la fe en Dios estáis firmes. He aquí el otro 25% pertenece a ti."

En lugar de llamarlo el Todopoderoso, vamos a llamarlo el Casi Poderoso. Perdón por todo este sarcasmo, pero es claro que negar la soberanía de Dios nos conduce a un dilema peor.
El error básico aquí está en fallar al distinguir la diferencia entre autoridad compartida y abandono de autoridad. Es como una cuenta corriente conjunta. Si tu añades el nombre de otra persona a la cuenta, esto no te quita la autoridad para firmar los cheques, ni estás limitado a la aprobación de la otra parte. Si tu quieres, puedes arreglar el asunto de tal forma que los otros necesiten tu aprobación , y tu no necesitarlos para nada. Perfectamente legal y lógico.

iQue tremendo error imaginar que Dios ha renunciado a cualquier parte de Su autoridad solo porque El la comparte con algunas de Sus criaturas!

He observado a cristianos que poseen un entendimiento sólidamente bíblico de la Soberanía de Dios. Ellos van a través de las pruebas más fácilmente y raramente preguntan, "¿Por qué permitiste esto?" Entonces, ¿Cuáles son las opciones cuando confrontamos una prueba dura? Tenemos tres opciones, y solo una es la correcta.

OPCION UNO: Acusar a Dios de injusto por meternos en problemas.

Todos las pruebas espirituales consisten en estar aparentemente abandonados por Dios. Si este sentimiento estuviera ausente, dejaría de ser una prueba válida.

Un arma potente para pasar éxitosamente a través de las pruebas, es saber que estas son inevitables. No se preocupe, el saber esto no es una confesión negativa. La realidad es así. Pedro nos advirtió: "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese..."v.12.

Culpar a Dios nos da solamente un sentimiento de alivio temporal y superficial.... como tratando de extinguir un fuego arrojándole palos de madera.

OPCION DOS: Someterse pasivamente a la aflicción como la voluntad de Dios, puesto que El es Soberano y pudo haberla prevenido.

Esta reacción es casi tan peligrosa como la anterior. Algunas religiones se aprovechan de este razonamiento para mantener a los oprimidos en sujeción.

En Jueces 3:2 leemos que Dios dejó a los enemigos en la tierra sabiendo que ellos atacarían a Israel. ¿Por qué El hizo eso? Porque quería que los israelitas aprendan a luchar.

Suponga que los judíos hubieran asumido que Dios estaba enseñándoles a ser humildes. Pudieron haberse acostado en las calles y sumisamente dejar que los carros pasen sobre ellos. Habrían aprendido la humildad correctamente, pero esa no era la lección que debían aprender. Algunas veces Dios permite al diablo atacar al creyente para que este aprenda a defenderse.

Recuerdo la historia de un joven estudiante de la Biblia, quien sufrió pruebas severas por varias semanas. Nada estaba marchando bien. Todo el mundo estaba peleándose con él. Una depresión constante lo consumía. Una noche estando solo, súbitamente gritó: "iSatán! en el nombre de Jesús, fuera!" La paz lo envolvió. Se dio cuenta de que Dios le estaba enseñando el arte de la autodefensa espiritual.

Someterse pasivamente a toda prueba y aflicción no es bíblico y es peligroso.

OPCION TRES: Someterse a Dios pero resistir la aflicción, aun si usted sabe que Dios en su Soberanía la ha permitido.

Desde el punto de vista de algunos, nunca en la historia de la humanidad ha existido un aguijón tan puntiagudo como el aguijón de Pablo. Algunos dicen que era una enfermedad. Otros dicen que no.

Al enfrascarse en estas disputas, los cristianos se pierden de los puntos principales de la lección. Si para Dios esto fuera muy importante, el texto señalaría claramente lo que era el aguijón. Observemos algunas reacciones de Pablo con respecto a su aguijón:

Primero, él nunca paró de enfrentar su aflicción. El peleó. Tan simple como eso.

Segundo, observe la forma en que él peleó. Fue con oración humilde y persistente. El le pidió a Dios que se lo quite. El no ordenó a Dios, ni trató de manipularlo. El hizo algo mejor que eso. El simplemente oró.

Nunca trate de manipular a Dios. Cada vez que yo lo intento, recibo palmadas en mi manos.

Note también que Pablo oró más de una vez sobre su problema. Algunos han pensado que es falta de fe orar dos veces por la misma cosa. Pablo no pensaba así. Si mi carro no arrancara al primer intento, yo trataría otra vez hasta que arranque.

La forma como Pablo trató este problema demuestra que el resultado final dependía de la Soberanía del Señor.

Indudablemente, si Dios le hubiera dicho a Pablo que la solución era pararse de cabeza y clamar "Salve al Rey", él lo habría hecho, porque estaba dispuesto a hacer lo que sea que el Señor le dijera que haciera, aun si esto era no hacer nada.

En efecto, "no hacer nada" es exactamente lo que el Señor le dijo que haga. "Bástate mi gracia". Aún más, Pablo no perdió su santa agresividad. El aceptó esa gracia y se aprovechó de ella para glorificarle a Cristo. xxx {cite 2 corintios 11}

xxx Alguien me preguntó acerca de la diferencia entre un ataque satánico y una prueba divina. Realmente no importa. Puesto que Dios es Soberano, ambas circunstancias son siempre lo mismo. Dios permite al diablo atacarnos porque El desea que nosotros lo derrotemos. Si no fuera por el diablo, la iglesia sería perezosa y los cristianos aprenderían poco.

El libro de Job ilustra esto: Dios declaraba la sinceridad de Job, mientras que Satán la negaba. Esto resultó en una prueba de la integridad de Job, siendo Satanás la causa inmediata y activa, y Dios la causa final y pasiva.

Vemos entonces que tanto Satanás como Dios usaron los mismos eventos pero con intenciones opuestas. La diferencia, entonces, entre un ataque satánico y una prueba divina, no está en los medios sino en los propósitos opuestos. Satán quiere probar lo peor de nosotros, y Dios desea probar lo mejor. Así que es un desperdicio de tiempo tratar de encontrar cual es cual. Simplemente sométase a Dios y presente batalla a la aflicción.

"En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno". Job 1:22

Algunas veces la esencia de una prueba espiritual gira alrededor de una pregunta: ¿Cuál es la calidad de nuestro amor?. Amamos a Dios porque El hace buenas cosas por nosotros. Pero en el Reino de Dios esta clase de amor es inferior. El quiere que nosotros le amemos por lo que El es y no por lo que nos da. Esto involucra una elección mental más que emocional. En tiempos de prueba es necesario hacer este tipo de elección.

Lo anterior nos da ciertas pautas para atravesar pruebas ordinarias, pero que acerca de verdaderas tragedias, como la pérdida de un ser amado o un accidente de consecuencias terribles. Estas desgracias difícilmente pueden ser catalogadas como "pruebas".

Un trágico accidente ocurrió durante nuestra conferencia de misiones en Ecuador, en 1981. Un camión que transportaba a casi una docena de jóvenes se volcó debido a un error del conductor que era una dama misionera. Fue un milagro que nadie muriera, pero un niño de 8 años quedó permanentemente lisiado de su pierna derecha. La misionera estaba confusa y se sentía culpable. Pocos días después del accidente, ella me hizo la inevitable pregunta:"¿Por qué Dios lo permitió?

Yo esperaba esta pregunta, así que quise estar preparado con una respuesta. Haciendo a un lado mi propia frustración, le respondí con otra pregunta: "Aun si Dios nos diera la respuesta, ¿aliviaría esto el dolor del niño, o el tuyo? No siempre tenemos explicaciones a las tragedias pero si tenemos la promesa de Romanos 8:28." Para mi gran sorpresa, esta respuesta le dio mucho alivio a la señora.

A veces la única cosa que tenemos es una promesa de Dios. Pero si la creemos veremos que es suficiente para nuestro consuelo.
Los cristianos con un firme asimiento en la Soberanía de Dios atraviesan las pruebas y tragedias mucho más fácil que aquellos que dudan. Esta verdad ha sido el bastión de los santos en todas las edades y a medida que vamos a los tiempos finales, debemos asirnos a ella tenazmente.

No se imagine que soy un sufridor experto porque proclamo estas verdades. Admiro a aquellos hermanos dulcemente pasivos, quienes aceptan las dificultades con una quietud reposada. ¿Son así por gracia o es realmente el resultado de una predisposición natural del temperamento? Sería dudoso si todos mis lectores fueran así. En lo personal, prefiero las rabietas.

Para mi disgusto, descubrí muy temprano que Dios permanece inamovible a mis protestas. El continúa la prueba de todas maneras. Aparentemente, podemos añadir tenacidad a Su lista de atributos. El parece determinado a bendecirnos con cualidades morales que no sabíamos que eran parte del convenio cuando aceptamos a Cristo.

Lamento no haber resistido las pruebas pasadas de manera más victoriosa. Espero hacerlo mejor en el futuro. Sería simple si tan solo pudiéramos encontrar una forma de quitar al sufrimiento un pequeño detalle: iDuele!
Aparte de esto, el sufrimiento sería completamente tolerable.

Digo esto para clarificar que el conocer unas pocas verdades acerca de nuestras pruebas, y su relación con nuestro Soberano Señor, no aliviarán el dolor, ni contestarán a todas las preguntas. Aún dolerá. Pero al menos se vuelven tolerables cuando entendemos que hay significado y propósito detrás de ellas.

Estoy dolorosamente conciente de que los puntos de vista que he compartido no logran explicar bien la expresión "Dios es un Dios bueno". Sería un tonto si pensara esto.

Asi que dejemos el asunto a los pies de Dios, donde El quiere que esté y sigamos con humildad, sabiendo que El es mayor que cualquier concepto que de El nosotros pudiéramos alguna vez imaginar.


Varios más de sus artículos pueden ser bajados de www.smallings.com

martes, 8 de mayo de 2007

Los 5 puntos del Calvinismo.



1. Depravación total


Debido a la caída, el pecador es incapaz de creer en el evangelio y ser salvo, ya que está muerto, ciego y sordo a las cosas de Dios; su corazón es engañoso y perverso en gran manera. Su voluntad no es libre, sino que está esclavizada a su naturaleza pecaminosa; por tanto, no quiere -y de hecho no puede- escoger el bien y rechazar el mal en lo que a las cosas espirituales respecta. La mera ayuda del Espíritu, por consiguiente, no es suficiente para traer al pecador a Cristo, sino que es absolutamente necesaria la regeneración en virtud de la cual el Esíritu imparte vida y una nueva naturaleza al pecador. La fe no es algo con lo cual el hombre contribuye a la salvación sino que es en si una parte del don de la salvación. Es el don de Dios al pecador, no el don del pecador a Dios.


2.- Elección incondicional

El que Dios haya escogido a ciertos individuos para salvación antes de la fundación del mundo se debe únicamente a su voluntad soberana. Su elección de ciertos pecadores no está basada en un conocimiento previo de una respuesta o acto de obediencia (tales como la fe, el arrepentimiento, etc) por parte de los pecadores. Al contrario, Dios es el que da la fe y el arrepentimiento a cada persona elegida. Dichas obras son el resultado, no la causa de la elección divina. La elección, por tanto, no está determinado ni condicionada por virtud alguna u obra meritoria prevista por Dios en el hombre. Aquellos a quienes Dios ha elegido en su soberanía son movidos por el Espíritu Santo a aceptar a Cristo. Por tanto, la causa fundamental de la salvación no es la decisión del pecador de aceptar a Cristo, sino la elección del pecador por parte de Dios.


3.- Redención particular o expiación limitada

La obra redentora de Cristo tuvo como fin salvar a los elegidos únicamente y, en efecto, aseguró la salvación de éstos. En su muerte Cristo sufrió como sustituto por el pecado de los elegidos en particular. Además de borrar los pecados de estos, la redención proveyó todo lo necesario para lograr su salvación, inclusive la fe que los une a él. El don de la fe es impartido infaliblemente por el Espíritu a todos por quienes Cristo murió, garantizando la salvación de cada uno de ellos.


4.- Llamamiento eficaz o gracia irresistible

Además del llamamiento general a la salvación hecho a todos los que escuchan el evangelio, el Espíritu Santo hace a los elegidos un llamamiento especial, el cual inevitablemente los conduce a la salvación. El llamamiento general, hecho a todos sin distinción, puede ser, y a menudo es, rechazado; en cambio, el llamamiento especial hecho solo a los elegidos no puede ser rechazado, sino que siempre resulta en la conversión de éstos. Mediante este llamamiento el Espíritu atrae irresistiblemente a los pecadores a Cristo, ya que no está limitado por la voluntad del hombre en su obra salvadora ni depende del hombre para lograr su propósito. El Espíritu induce benignamente al pecador elegido a cooperar, a creer, a arrepentirse, y a venir a Cristo espontáneamente y voluntariamente. Por tanto, la gracia de Dios es invencible; siempre redunda en la salvación de aquellos a quienes se le brinda.


5.- Perseverancia de los creyentes

Todos los escogidos por Dios, redimidos en Cristo, y a quienes el Espíritu ha impartido fe, son eternamente salvos y perseveran hasta el fin, ya que son preservados en la fe por el poder de Dios, el Todopoderoso.



Nota: Según el calvinismo:

La salvación es efectuada por la omnipotencia del Trino Dios. El Padre escogió a un pueblo, el Hijo murió por él, y el Espíritu Santo hace efectiva la muerte de Cristo conduciendo a los elegidos a la fe y al arrepentimiento y a que voluntariamente obedezcan al evangelio. El proceso completo (elección, redención, regeneración) es obra de Dios y es únicamente por gracia. Por tanto, Dios y no el hombre, determina quienes han de ser los que reciben del don de la salvación.


REAFIRMADO, por el Sínodo de Dort

Este sistema de teología fue reafirmado por el Sínodo de Dort en 1619 por habérsele reconocido como la doctrina de la salvación contenida en las Sagradas Escrituras. El sistema fue entonces formulado en “cinco puntos” (en respuesta a los cinco puntos sometidos por los arminianos) y desde aquel entonces ha sido conocido como “los cinco puntos del calvinismo”.


Tomado del libro "La Predestinación" de Loraine Boettner que puede ser descargado desde aquí. uno de sus artículos, llamado "La Importancia Práctica de la Doctrina de la Predestinación" puede ser bajado desde aquí.

Ambos enlaces son desde el sitio www.graciasoberana.com

Otro argumento para la pena de muerte.

También hay un argumento confesional...

La Confesión de Fe, hablando del magistrado civil dice:

Dios, el Supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha instituido a los magistrados civiles para estar sujetos a Él, gobernando al pueblo para la gloria de Dios y el bien público; y con este fin les ha armado con el poder de la espada, para la defensa y aliento de los que son buenos, para el castigo de los malhechores. Es lícito para los cristianos aceptar y desempeñar el cargo de magistrado cuando sean llamados para ello ; en el desempeño de su cargo, deben mantener especialmente la piedad, la justicia y la paz, según las leyes sanas de cada estado , así con este fin, bajo el Nuevo Testamento, pueden legalmente ahora hacer la guerra en ocasiones justas y necesarias .


Vemos entonces que Dios "armó con el poder de la espada" al gobierno civil para:

    • defensa de los que son buenos
    • aliento de los que son buenos
    • castigo de los malhechores
    • hacer la guerra en ocasiones justas y necesarias


Claramente una guerra implica muertes en el bando contrario y el castigo (con el poder de la espada) a los malechores también.

Ahora... en otro de nuestros símbolos confesionales... El Catecismo Mayor de Westminster dice:

136. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el sexto mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el sexto mandamiento son: el quitarnos la vida, o quitársela a otros, a no ser un caso de justicia pública, de guerra lícita o de defensa necesaria, la negligencia en el uso de los medios necesarios para preservar la vida o el desprecio de ellos; el enojo pecaminoso, el odio y la envidia, deseo de venganza; toda ira excesiva, ocupaciones que acongojan el uso inmoderado de la comida o bebida, trabajo y recreaciones; palabras provocativas, oprimir, disputar, golpear, herir y todo lo que tienda a destruir la vida de alguno.

Entendemos aquí que está aprobado quitar la vida en casos de justicia pública, guerra lícita y defensa necesaria.

Cual debería ser la posición cristiana frente a la pena de muerte

R.C. Sproul


Estoy convencido de que todo nuestro sistema de justicia criminal necesita seriamente de una reforma o reestructuración porque no está funcionando y existen muchas iniquidades en él. Los cristianos están divididos sobre la pena de muerte. Primero existe la pregunta básica de si la pena de muerte es en si misma una cosa buena o mala. Pienso que la opinión mayoritaria de la Iglesia Cristiana, en toda su historia, ha sido que la pena de muerte es una cosa buena.

Esa posición fue asumida, no porque los cristianos fuesen particularmente sedientos de sangre, sino porque los cristianos tienen la Escritura. La Palabra de Dios instituye, establece y ordena la pena de muerte en Génesis 9.6

El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

Cuando el legislativo del estado de Pensilvania votó la reintroducción de la pena de muerte, el entonces gobernador del estado vetó con base en las palabras bíblicas "No matarás"(1), él estaba citando los diez mandamientos en Éxodo 20. En tanto, si usted analiza Éxodo 21, 22 y 23 (el código de santidad), Dios establece dispositivos para aquellos que quiebran ese mandamiento. Dios ordena que aquellos que matan sean asesinados.

Tenues distinciones son hechas entre asesinato voluntario e involuntario, premeditación, y varios otros tipos de situaciones que caen dentro de la complejidad de nuestra jurisprudencia. Por lo tanto estoy respondiendo a esta situación en un sentido amplio.

Normalmente, la gran objeción a la pena de muerte es que la vida humana es tan preciosa y tan valiosa que nunca deberíamos levantar nuestras manos contra ella. También todo ser humano es redimible. Otro argumento es que la pena de muerte no es un medio de intimidación. Más la institución de la pena de muerte no fue dada como un medio de intimidación, sino como un acto de justicia. ¿Cuál es el raciocinio bíblico? La pena de muerte es instituida muy temprano en el Antiguo Testamento - antes de Moisés, antes del Sinaí, antes de los diez mandamientos, desde los días de Noé, cuando Dios dice "El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada." Esa no es una predicción. En la estructura del lenguaje hay un imperativo: es una orden. Y la razón es dada: "porque a imagen de Dios es hecho el hombre." En otras palabras, la Biblia dice que la vida humana es tan sagrada, tan preciosa, tan santa - la vida humana tiene tanta dignidad - si, con premeditación usted destruye injustificadamente otro ser humano, usted, por eso mismo, pierde su derecho a la vida. Dios no sólo permite la pena de muerte, sino que Él la ordena.

(1) Textualmente: No asesinarás

  • Traducido de aquí por Marcelo Sánchez.

lunes, 7 de mayo de 2007

La Predestinación.

Por: R.C. Sproul.

Proverbios 16:4

Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo.

Juan 13:18

No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

Romanos 8:30

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Efesios 1:4-5

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

2 Tesalonicenses 2:13-14

Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.


Pocas doctrinas suscitan tanta polémica o provocan tanta consternación como la doctrina de la predestinación. Se trata de una doctrina difícil, que necesita ser discutida con gran cuidado y precaución. A pesar de eso, se trata de una doctrina bíblica, con la cual tenemos que lidiar. No debemos osar ignorarla.

Prácticamente, todas las iglesias cristianas tienen algún tipo de doctrina sobre la predestinación. Eso es inevitable visto que el concepto claramente se encuentra en las Escrituras. Muchas iglesias, entretanto, discuten – muchas veces vehementemente – en cuanto a su significado. El punto de vista metodista es diferente del punto de vista luterano, el cual está en desacuerdo con el punto de vista presbiteriano. Aún cuando sus puntos de vista difieran, cada uno de ellos está intentando a una sólida comprensión de esta difícil cuestión de manera apropiada.

En su forma más elemental, la predestinación significa que nuestro destino final, sea el cielo o el infierno, es decidido por Dios no solamente antes de irnos para allá, sino que antes de haber nacido. La predestinación enseña que nuestro destino final está en las manos de Dios. Otra manera de expresar esto es: desde toda la eternidad, incluso antes de que existiéramos, Dios decidió salvar algunos miembros de la raza humana y permitir que el resto de la raza humana pereciera. Dios escogió – escogió algunos individuos para ser salvos en la eterna bendición del cielo y escogió pasar por sobre otros, permitiendo que sufriesen las consecuencias de sus pecados en el tormento eterno del infierno.

La aceptación de esta definición es común a muchas iglesias. Para llegar a una pregunta así, alguien debe preguntar: ¿Cómo Dios hizo tal elección? El punto de vista no reformado, defendido por la gran mayoría de los cristianos, es que Dios hizo esa elección basándose en su presciencia. Dios escoge para vida eterna a aquellos que sabe que le escogerán. Ese concepto es llamado la visión presciente de la predestinación, porque se basa en la presciencia de Dios en cuanto a las desiciones o acciones humanas.

La visión reformada difiere en el hecho de que ella ve la decisión final para la salvación en las manos de Dios, no en las manos del hombre. Según este punto de vista, la elección de Dios es soberana. No se basa en decisiones o respuestas previstas por parte de los seres humanos. Sin embargo, ve estas decisiones fluyendo desde la gracia soberana de Dios.

El punto de vista de la Reforma afirma que ninguna persona caída jamás escogería a Dios por iniciativa propia. Las personas caídas aún que tengan libre agencia y pueden escoger lo que desean. El problema es que no tienen ningún deseo por Dios y no escogerán a Cristo a menos que antes sean regeneradas. La Fe es un don que proviene del nuevo nacimiento. Solamente aquellos que fueron elegidos pueden responder con Fe al Evangelio.

Los elegidos escogen a Cristo solamente porque antes fueron escogidos por Dios. Como en el caso de Esaú y Jacob, el elegido fue escogido exclusivamente en base al beneplácito soberano de Dios y no con base en algo que hubiese hecho o dejado de hacer. Pablo declara:

" 10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12 se le dijo: El mayor servirá al menor… 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia." Romanos 9.10-12, 16

El problema mas incomodo que envuelve la predestinación es que Dios no escoge o elige salvar a todas las personas. El reserva para si el derecho de tener misericordia de quien quiera tener misericordia. Algunos miembros de la humanidad caída reciben la gracia y la misericordia de la elección. Dios ignora a los restantes, dejándolos en sus pecados. Los no elegidos reciben justicia. Los elegidos reciben misericordia.

Nadie es tratado con injusticia. Dios no es obligado a ser igualmente misericordioso con todo. Es decisión de Él en cuanto a ser misericordioso. Incluso así nunca puede ser acosado de ser injusto con cualquier persona (ver romanos 9: 14, 15)

Resumen:

1. La predestinación es una doctrina difícil y debe ser tratada con cuidado.

2. La Biblia enseña la doctrina de la predestinación.

3. Muchos cristianos definen la predestinación en términos de presciencia de Dios.

4. La visión de la Reforma no considera la predestinación como una explicación para la predestinación bíblica.

5. La predestinación se basa en la elección de Dios y no en la elección de los seres humanos.

6. Las personas nos regeneradas no tienen ningún deseo de escoger a Cristo.

7. Dios no elige a todas las personas. Se reserva el derecho de tener misericordia de quien quiera

8. Dios no trata a nadie injustamente.



Traducido por Ñañi y Marcelo...

El camino de la Salvación.


El Orden de la Salvación
u
Ordos Salutis

por

David Brown


"Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo". (2 Corintios 10:5)

Introducción:

El Ordo Salutis es el entendimiento reformado de cómo Dios aplica la redención en su pueblo. Cuando se dice que una persona particular fue o es "salva", el término es frecuentemente usado sin la profundidad de la Escritura o si la apreciación de la gracia de Dios. La Biblia es muy clara de que los creyentes son salvos por gracia, y estas doctrinas especificas los modos en los cuales esta gracia es manifiesta en y a través del creyente. La Escritura define varios aspectos diferentes o pasos en la salvación de la persona, desde el primer oír del evangelio hasta el camino para la eternidad en el cielo. Cada uno de esos aspectos coincide, visto que todos ellos son parte de la salvación de la persona, mas ellos también mantienen sus características distintivas en las Escrituras en el plano redentor. Dios aplica esta redención en el tiempo que Él escogió en la eternidad.


El llamado del Evangelio:

El Padre determinó que el camino normativo de la salvación debería ser a través de Su Palabra. La Biblia coloca un énfasis muy grande sobre la lectura y predicación de Su Palabra, así como la transmisión de ese evangelio a todas las personas. Este llamado general del Evangelio, contiene la supremacía de Dios, su ira contra el pecado, y la promesa de salvación a través de su Hijo, exhorta a el hombre caído a arrepentirse en sus pecados y creer en la redención de Cristo Jesús.

(vea Isaías 55.7, Mateo 28.19-20, Romanos 10.14,17, 2 Timoteo 1.9-10, 3.15; CFW 10)


Regeneración:

El llamado general del Evangelio es hecho eficaz cuando el Espíritu Santo hace que la Palabra de Dios sea entendida, apreciada y creída en el corazón del individuo. Por causa de la naturaleza caída y pecaminosa del hombre, él está en enemistad contra Dios y rehúsa reconocer la veracidad del Evangelio. Dios envía a su Espíritu a sus elegidos para cambiar esa rebelión espiritual, regenerando, renovando y transformando la condición interna de una depravada hacia una de amor por el Señor. En realidad, estos corazones y naturalezas fueron nacidos de nuevo, y sus ojos y oídos fueron abiertos para ver las gloriosas verdades de la salvación de Dios.

(vea Ezequiel 36.26-27, Mateo 16.17, 1 Corintios 2.12-14, 2 Corintios 3.3,6, 2 Tesalonicenses .2.13-14, Tito 3.5; CFW 3.6, 10)

Conversión:

El corazón regenerado que oye el evangelio es confrontado con la culpa de su condición pecaminosa y la certeza de un juicio justo contra él. Desesperándose por causa de su estado, él ve su única esperanza de escape a través de Cristo y confía en la promesa de salvación y también se arrepiente de sus pecados. Por la fe él se reconoce como un pecador necesitado de gracia, e implora a Dios por su poder y amor para salvarlo a través de la sangre y la justicia de Cristo. A través del arrepentimiento él odia su pecaminosidad y se vuelve a Dios como la única fuente de justicia y bondad, esforzándose para vivir en obediencia a Él. Aquellos que se arrepienten y creen son convertidos de seguidores de Satanás a seguidores de Dios.

(vea Isaías 55.11, Oseas 14.2,4, Hechos 17.30-31, 20.21, Romanos 1.17, Efesios. 1.17-18, 2.8: CFW 14, 15)


Justificación:

La promesa del Evangelio es que aquellos que confían en el Señor serán salvos. El perdón de los pecados del pueblo del Dios, y la justiciaque permite al pecador estar en la presencia de un Dios Santo, viene de la perfecta obediencia y del sacrificio expiatorio de Cristo. Como un sustituto para el elegido, dos cosas acontecen:

1. Cristo obtiene su salvación y su estar delante de Dios, por cumplir la ley de Dios y el pacto en lugar de él, y

2. El carga el castigo por sus pecados. Como Cristo cumplió esta tarea, Dios promete que aquellos que confían en Él tendrán la justicia de Cristo imputada(o dada) a ellos, así como sus pecados serán imputados a Cristo.

Así, como un santo juez, Dios legalmente declara que su pueblo es "justo" o "sin culpa". El pecador es justificado delante del Señor cuando, en fe, Él descansa no sobre su propia bondad y/o buenas obras (las cuales él no tiene ninguna), más sobre la magnifica obra del Hijo de Dios.

(vea Jeremías 23.6, Romanos 3.24-26, 4.5-8, 5.17-19, Gálatas 2.16; CFW 11)

Adopción:

La gracia de Dios convierte a los pecadores de siervos de Satanás en siervos de Cristo, más aún, Dios promete más que eso. El manifiesta su amor paternal para con los pecadores perdidos adoptándolos como sus propios hijos. A través de la adopción, Él les da todos los derechos, privilegios y protección, como perteneciendo a su familia y teniendo su nombre. Ellos se vuelven hijos e hijos adoptivos del Padre, y hermanos, hermanas, y coherederos con Cristo.

( vea Salmos 103.13, Juan 1.12, Romanos 8.15-17, Gálatas 4.5-7, Efesios 1.5; CFW 12)


Santificación:

El próximo paso en este proceso de salvación es la obra purificadora del Espíritu Santo en el andar diario del creyente. Los elegidos, no solamente, son presentados como inocentes a través de la imputación de la justicia de Cristo, si no que ellos también se desarrollan espiritualmente en la justicia por la palabra y por el Espíritu. Como el Espíritu habita en el creyente, Él opera en ellos el crecer en la gracia y en el conocimiento, y produce en ellos frutos y buenas obras espirituales. Los creyentes son especialmente santificados cuando son envueltos en una iglesia donde la Biblia es enseñada y los sacramentos son ministrados. Sin embargo nadie se puede tornar perfecto en esta vida, y aunque esta santificación puede ser una obra muy larga y demorosa, los elegidos son fortalecidos eficazmente para que ellos perseveren en la santidad. (vea 2 Corintios 7.1, Efesios 2.10, 5.26, 2 Tesalonicenses 2.13, Hebreos 13.20-21; CFW 13, 16)


Glorificación:

Cuando un creyente muere, su alma va a la presencia de Dios mientras él espera por la resurrección y redención de su cuerpo físico, allí es confortado y contempla la gloria de Dios. La realización final de la salvación acontecerá cuando Cristo vuelva, reúna a su pueblo, y lo glorifique junto a Él. Cuando la nueva Jerusalén sea establecida, que es comúnmente una referencia al cielo, la Biblia promete que la maldición del pecado no existirá más, y que los elegidos habitarán en el cielo con el Señor en perfecta paz, amor y alegría.


(vea Eclesiastés 12.7, Juan 5.28-29, Hechos 24.15, Romanos 8.30, 1 Corintios 15, 2 Corintios 5.1,6,8, Filipenses 1.23; CFW 32, 33)



Traducido del portugués por Daniela y Marcelo para la clase de jóvenes... con cariño

Exposicion De La Confesion De Fe De Westminster Acerca de la Santidad

Sección I. Aquellos que están efectivamente llamados y regenerados, teniendo un nuevo corazón y un nuevo espíritu creados en ellos, están santificados de una manera real y personal, a travez de la perfección de la muerte y resurrección de Cristo, por Su Palabra y Espíritu habitando en ellos; el dominio completo del cuerpo de pecado es destruido, y sus concupiscencias son mas y mas debilitadas y mortificadas, y aquellos son mas y mas vivificados y fortalecidos, en todas las gracias de la salvación, para la practica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre vera a Dios.

Sección II. Esta santificación ocurre totalmente en el hombre entero, aunque imperfectamente en esta vida: en el moran aun remanentes de corrupción en todas partes de su ser, en donde hay una continua e irreconciliable lucha, la carne codiciando contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.

Sección III. Lucha en la cual, aunque la corrupción remanente pueda prevalecer a veces, mas aun, a travez del continuo suministro de poder de parte del santificante Espiritu de Cristo, el regenerado prevalece: y así los santos crecen en gracia, viviendo en santidad en el temor de Dios.


Exposición :

En la escritura , la palabra santificación soporta una variedad de sentidos. Esta significa separación de un uso común a un uso sagrado, o dedicado al servicio de Dios. Asimismo el altar, el templo, el sacerdocio, y todos los utensilios sagrados, eran santificados. Esto también significa purificación a causa de contaminación ceremonial. Heb. 9:13. Pero la santificación de los creyentes, la cual este capitulo trata, consiste en su purificación a causa de la contaminación del pecado, y la renovación de su naturaleza a la imagen de Dios.

Los Antinomianistas mantienen, que los creyentes son santificados solo por la santidad de Cristo que esta siendo imputada, y que no hay una santidad propiamente infundida a ellos, ni requerida por ellos.

Este es un grande y peligroso error; y , en oposición a esto, nuestra Confesión de Westminster afirma, que los creyentes están real y personalmente santificados. Su santificación incluye "la mortificación del pecado en sus miembros". Esto incluye también "El fruto del Espíritu, como amor, gozo, paz , paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y control de si mismos". Galatas 5:22. Estas son cosas íntimamente personales; que están forjadas en los corazones de los creyentes, y reproducidas en sus temperamentos y en sus vidas. Es absurdo decir que estas al estar en Cristo mismo, son inmediatamente imputadas a los creyentes; Estos mas bien son los efectos del Espiritu Santo, impartido a nosotros, y de quien sus operaciones son comparadas, por Cristo mismo, a "una fuente de agua, que salte para vida eterna". Juan 4:14.

Romanistas, confunden justificación con santificación; y, como esto nos lleva a varios errores peligrosos, mencionaremos algunos puntos en los cuales ellos difieren. Ellos difieren en la naturaleza de estos términos: justificación es un cambio relativo de estado; santificación es un cambio real en el alma y cuerpo del ser humano. Ellos también difieren en el orden: justificación, en el orden de costumbre, no de tiempo, precede la santificación; porque la justicia imputada es propiamente implantada, antes de la santidad del creyente. Ellos también difieren in sustancia: la justificación es la justicia de Cristo imputada; mientras que la santificación es una justicia propia transmitida. Ellos también difieren en su forma: la sustancia de la justificación es un acto jurídico, por la cual un pecador es pronunciado justo; la sustancia de la santificación es un acto moral o físico, o mejor aun , una serie de actos, por la cual un cambio es operado en las cualidades del alma. Ellos también difieren en sus propiedades: la justificación es perfecta y consumada de una sola vez, y es igual en todos los creyentes; la santificación es imperfecta al principio, y existe en diferentes niveles de crecimiento en diferentes individuos; por eso el primero es llamado un acto, y el segundo una obra. otros puntos de diferencia podrían ser mencionados, pero solo añadiremos , que en la justificación recibimos un derecho al cielo; mientras la santificación nos introduce al cielo, dándonos la capacidad de disfrutarlo.

Santificación es ambos, un privilegio y una a deber. En el primero porque es la obra de Dios, y en el segundo porque es la obra del hombre, asistido por gracia súper natural. Como privilegio, este es prometido en los evangelios. - Ezequiel 36:27. Como un deber, este es requerido por la ley; por eso somos llamados a "crear" en nosotros mismos un "nuevo corazón", y "limpiarnos de toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios." - Ezequiel 38:31; 2 Cor. 7:1.

La Santificación puede ser considerada como inicial y progresiva. Santificación inicial es igual a la regeneración, donde llegamos a ser "nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas". En santificación progresiva, las muchas concupiscencias del viejo hombre son mas y mas debilitadas y mortificadas. En santificación inicial, el Espíritu de Cristo entra al corazón e implanta sus múltiples gracias. En santificación progresiva, están gracias son mas y mas vivificadas y fortalecidas. En santificación Inicial el principio de la vida espiritual es implantado, y las contornos de la imagen divina son tenuemente impresos en el alma. En santificación progresiva, la vida espiritual crece día a día, y los tenues trazos de la imagen divina gradualmente son transformados en gruesos trazos que completan la fotografía. En corto, la misma obra que se inicia en la regeneración es continuada en la santificación, hasta que la nueva criatura alcanza la estatura de un hombre perfecto en Cristo. Filipenses 1:6.

La Santificación se extiende en el ser humano totalmente, incluyendo todas sus facultades del alma, y todos los miembros de su cuerpo. - 1 Tesal. 5:23. Nuestra naturaleza entera fue originalmente creada a la imagen de Dios; con la entrada del pecado esta imagen fue literalmente deformada y perdida; por eso la naturaleza depravada y corrupta es llamada "el viejo hombre", porque esta infecta enteramente al ser humano, y contamina ambos, alma y cuerpo. Ahora, como la corrupción original invade al hombre entero, así también la gracia santificante se extiende a cada parte de su ser; es por esto que nuestra naturaleza renovada a la imagen de Dios, es llamada "El hombre nuevo", porque la santidad transmitida en la santificación posee y ennoblece el hombre entero.

La Santificación es imperfecta en esta vida. Han habido algunos hombres, y aun hay, quienes mantienen, que una vida perfecta y sin pecado puede ser lograda. Esto es creído por Antinomianistas, quienes profesan que la santidad perfecta de Cristo es imputada completa e inmediatamente a los creyentes. Esto también es creído por Romanistas, Socianistas, y otros, quienes afirman que los creyentes tienen o pueden lograr, una propia santidad perfecta. La doctrina de perfección sin-pecado, fue mantenida también por el fundador de los Metodistas, la cual es aun mantenida por sus seguidores. En oposición a esos puntos de vista, nuestra Confesión de Fe decididamente afirma, que la santificación es "imperfecta en esta vida". Aunque esta se extiende al hombre entero, aun "moran remanentes de corrupción en todas partes de su ser". Las Escrituras abundan con testimonios mas explícitos contra la doctrina de perfección sin-pecado. Eclec. 7:20; Santiago 3:2; Prov. 20:9, 1 Juan 1:8. El epíteto perfecto, es en efecto aplicado a muchos santos, pero esto debe ser entendido, ya sea comparativamente, ese es el sentido en que "Noe fue perfecto en su generación"; o, como sinónimo de sinceridad y rectitud, el cual es el sentido en que Dios le dice a Abraham, "Anda conmigo, y serás perfecto". Que los mas evidentes santos mencionados en al Escritura no fuero libres de pecado, es evidente por las manchas y defectos descubiertos en sus conductas. Ellos estuvieron muy lejos de pensar que habían obtenido la perfección sin pecado. - Job 9:20; Salmos 19:12; Fil. 3:12. Todo verdadero Cristiano ciertamente aspirara la perfección, pero ninguno lograra una perfección absoluta en esta vida.

Como todos los santos tienen ambos, gracia y remanente de corrupción, el resultado es que habrá "una lucha irreconciliable y continua" entre estos dos fuerzas de oposición. Este conflicto es descrito in una manera bastante dura. Rom. 7; Gal. 5:17. Algunas veces el principio de uno prevalece, y algunas veces los del otro, pero al final la gracia prevalecerá.

La causa impulsiva de la santificación es la libre gracia de Dios. Tito 3:5. La causa meritoria es la sangre y justicia de Cristo. Tito 2:14. La causa eficiente es el Espíritu Santo.1 Pedro 1:2; 2 Tes. 2:13; 1 Cor. 6:11. La causa instrumental es la Fe en Cristo Hec. 15:9, 26:18. Los medios externos son, la Palabra, leída y predicada, los sacramentos, y la oración. - Juan 17:17; 1 Pedro 2:2. Providencia, especialmente en administraciones aflictivas, son también bendecidas para promover la santificación de los creyentes. Rom. 8:28, 5:3-5.

Aunque la Santidad, no puede darnos el derecho al cielo, es indispensablemente necesaria. Esta es necesaria por una regla divina e inalterable; porque "Sin Santidad ningún hombre vera a Dios" Heb. 12:14. Dios ha erigido una ley inmutable, nada que pueda contaminar entrara en la ciudad celestial. Apoc. 21:27. Es necesario, también, como un preparativo al cielo. Es una evidencia de nuestro derecho, y constituye la introducción para disfrutar las bendiciones y compromisos de la obra en el mundo celestial. "Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios". Mateo 5:8.

Seamos diligentes en el uso de los medios mencionados; seriamente "seguid la santidad", "porque esta es la voluntad de Dios, aun nuestra santificación". Este es su mandamiento: "Ser santo , porque Yo Soy santo". Aquellos a quien el ha ordenado para un fin de gloria, el escoge la santidad como el medio, sin el cual ninguno lograra ese fin. Efe. 1:4. Este también es el fin de nuestra redención por Cristo Jesús. Efe. 5:25, 26. El murió no solo para salvarnos de la ira de Dios, sino también para salvarnos de nuestros pecados. La Santidad fue la gloria primitiva de nuestra naturaleza, -no deberíamos esforzarnos y recobrar esa gloria, para ser restaurados a la imagen de aquel quien nos creo? La Santidad es eminentemente la gloria de Dios; - no deberíamos parecernos a El en santidad? La Santidad es necesaria para hacernos "conocer el ser participantes de la heredad de los santos en luz". por presuntuosa y engañosa que parezca la esperanza de ver a Cristo: esta no es la causa que produce el ardiente deseo y esfuerzo serio de ser conformado a Cristo. "aun el hombre que tiene esta esperanza se purifica así mismo, aun como el es puro". 1 Juan 3.

No me acuerdo de donde lo saqué... los que quieran la Confesión de Fe pueden verla haciendo un click aquí.